Se dirigía a la playa, después de aver discutido con su mejor amigo, ahora ex, Lara necesitaba que le diera un poco el aire, le dijo a su madre que se iba a dar un paseo, se calzo, y cogio camino.
Estendio su bonita toalla de estrellas en la arena, seguidamente se quito la ropa, y decidio darse un baño, cuando se dirigia al mar vió a unos chicos que la miraban mucho. Se hizo la loca,
y se tiró de cabeza. Cuando salió los chicos ya no estaban, se fijo bien y vió una sombre acercarse bajo el agua. Plof. Algo se levantó de golpe. Era uno de los chicos que la miraban.
-Hola (Sonrio)
-Menudo susto...
-Perdona no era mi intención. (dijo con cara de arrepentido) Soy Leo (dijo ofreciendole su mano junto con una amplia sonrisa)
-Ho... Hola (tartamudeando y timidamente)
-Y eres...?
-Perdona, soy Lara.
-Eres de por aqui?
-No, he venido de bacaciones. Y tú?
-Yo sí, vivo ahi alante (señalando al edificio justo de enfrente)
Salieron del agua, siguieron ablando un rato mas, conociendose, edad, de donde eran, etc... El reloj dio las seis, la tarde se le había pasado volando, pero Lara debía volver a casa.
-Debo irme-dijo Lara.
-Ya?
-Sí, ya nos veremos....(dijo mientras salia casi corriendo)
Dejando a Leo atrás Lara se fué.
Ella era un chica delgada, metro setenta, castaña de ojos verde claro.
Él era un chico fuerte de metro ochenta, moreno y de ojos color miel claro.
Esa misma noche, una preciosa noche despejada, Lara volvio a la playa a ver las estrellas.
A su vez Leo estaba en la ventana de su casa cuando la vió pasar y no pudo resistir la tentación de bajar, asique cogió su toalla y se bajo a la playa. Y allí estaba ella con su preciosa melena
castaña agitada por el viento de la noche. Se aprosimo a ella y le tapo los ojos.
-Quien soy?
-Leo?-se giró- Pero que haces tú aquí?
-Vi la preciosa noche que hacía y decidí bajar a ver las estrellas, cuando te he visto aqui.
Se sento a su lado. Vió como un escalofrío recorria el cuerpo de Lara, entonces se levanto cogió su toalla se sento en la de Lara y se la echó por encima abrazandola, ella se acomodo en su pecho.
Sin decir palabra ambos se quedaron mirando al cielo.
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